Un trastorno de la alimentación
es una enfermedad que causa graves perturbaciones en su dieta diaria, tales
como comer cantidades muy pequeñas o comer en exceso. Una persona que tiene un
trastorno de la alimentación puede haber comenzado por comer pequeñas o grandes
cantidades de comida, pero en algún momento el impulso de comer más o menos se
disparó fuera de control. Angustia severa o preocupación por la forma o el peso
del cuerpo también se pueden caracterizar como un trastorno de la alimentación.
¿Cuáles son los principales tipos de trastornos en
la alimentación?
Hay tres tipos principales de trastornos en la alimentación:
1 Las personas con anorexia nerviosa tienen una imagen distorsionada del
cuerpo, que hace que se vean gordas incluso cuando están peligrosamente
delgadas. A menudo se niegan a comer, hacen ejercicio compulsivamente y
desarrollan hábitos inusuales como rehusar comer delante de los demás, pierden
mucho peso o incluso pueden morir de hambre.
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2 Las personas con
bulimia nerviosa comen excesiva cantidad de alimentos, luego purgan sus cuerpos
de los alimentos y las calorías que tanto temen usando laxantes, enemas o
diuréticos, vomitando y/o haciendo ejercicio. A menudo actúan en secreto, se
sienten asqueados y avergonzados cuando comen demasiado, pero también aliviados
de la tensión y las emociones negativas una vez que sus estómagos están nuevamente
vacíos.
3 Al igual que las
personas con bulimia, aquellas con el trastorno de comer compulsivamente
experimentan episodios frecuentes de comer fuera de control. La diferencia es
que los comedores compulsivos no purgan sus cuerpos del exceso de calorías.
Es importante prevenir conductas
problemáticas para que no se conviertan en trastornos en la alimentación
totalmente desarrollados. La anorexia y la bulimia, por ejemplo, suelen estar
precedidas de una dieta muy estricta y pérdida de peso.
El trastorno de comer
compulsivamente puede comenzar con atracones ocasionales. Cada vez que una
conducta alimenticia comienza a tener un impacto destructivo en el desempeño de
las funciones de una persona o la imagen de sí misma, es hora de consultar a un
profesional de la salud mental altamente capacitado, como un psicólogo
autorizado para ejercer y con experiencia en tratar personas con trastornos en
la alimentación.
¿Quiénes tiene trastornos de alimentación?
Según el Instituto Nacional de la Salud
Mental, las mujeres adolescentes y jóvenes representan el 90 por ciento de los
casos. Pero los trastornos en la alimentación no son sólo un problema para las
mujeres adolescentes, tan a menudo descritas en los medios de
comunicación. Mujeres y hombres mayores , asi como niños también
pueden desarrollar estos trastornos.
Un creciente número de minorías étnicas
están siendo afectadas de estas enfermedades devastadoras.
Las personas a veces tienen trastornos
en la alimentación sin que sus familias o amigos sospechen que tienen un
problema. Conscientes de que su conducta no es normal, las personas con
trastornos en la alimentación pueden retraerse del contacto social, ocultar su
conducta y negar que sus patrones de alimentación son problemáticos. Hacer un
diagnóstico preciso exige la participación de un psicólogo autorizado para
ejercer u otro experto de salud mental adecuado.
¿Qué provoca los trastornos en la alimentación?
Determinados factores psicológicos
predisponen a las personas a desarrollar los trastornos en la alimentación. Las
familias o relaciones disfuncionales son un factor. Los rasgos de personalidad
pueden también contribuir a estos trastornos. La mayoría de las personas con
trastornos en la alimentación tienen baja autoestima, se sienten
indefensas y con una insatisfacción profunda por su apariencia.
Hay características específicas
vinculadas con cada uno de los trastornos. Por ejemplo Las personas con
anorexia tienden a ser perfeccionistas, mientras que las personas con bulimia
son a menudo impulsivas. Los factores físicos como la genética también
desempeñan un papel importante para poner en peligro a las personas.
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Una vez que las personas comienzan a
tener conductas de alimentación anormales, el problema puede perpetuarse. Comer
compulsivamente puede establecer un círculo vicioso activo, en la medida que
las personas que se purgan para eliminar el exceso de calorías y dolor
psíquico, luego comen compulsivamente un vez más para escapar de los problemas
cotidianos.
¿Por qué es importante buscar tratamiento para estos trastornos?
Las investigaciones indican que los
trastornos en la alimentación son uno de los problemas psicológicos con menos probabilidades de ser tratados.
Los trastornos en la alimentación con frecuencia no desaparecen por sí
solos, y dejarlos sin tratamiento puede tener consecuencias graves. De hecho,
el Instituto Nacional de la Salud Mental estima que uno de cada diez casos de
anorexia termina en muerte por hambre, suicidio o complicaciones médicas como
ataques al corazón o insuficiencia renal.
Los trastornos en la alimentación
pueden aniquilar al cuerpo. Los problemas físicos asociados con trastornos en
la alimentación incluyen anemia, palpitaciones, pérdida del cabello y masa
ósea, caries, esofagitis e interrupción de la menstruación. Las personas con
trastornos en comer compulsivamente pueden desarrollar presión sanguínea
elevada, diabetes y otros problemas asociados con la obesidad.
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Tratamiento
Los psicólogos desempeñan un papel
vital en el tratamiento exitoso de los trastornos en la alimentación. Estos son
miembros integrales de un equipo multidisciplinario que puede ser necesario
para brindar la atención adecuada al paciente.
Como parte de este
tratamiento, se puede consultar a un médico para descartar enfermedades
y determinar si el paciente corre peligro físico inmediato.
Se puede solicitar
a un nutricionista que ayude a evaluar y mejorar que ayude a evaluar y mejorar
el consumo nutricional.
Una vez que el psicólogo ha
identificado problemas importantes que requieren atención, y desarrollado un
plan de tratamiento, ayuda al paciente a reemplazar pensamientos y conductas
destructivos por otros más positivos. Por ejemplo, el psicólogo y paciente
pueden trabajar juntos para concentrarse en la salud en lugar del peso. El
paciente puede llevar un diario de comidas con el fin de crear más conciencia
de los tipos de situaciones que desencadenan el comer compulsivamente.
Sin embargo, simplemente cambiar los
pensamientos y conductas del paciente no es suficiente. Para garantizar una
recuperación duradera, los psicólogos y pacientes deben trabajar juntos para
explorar los problemas psicológicos subyacentes al trastorno de la
alimentación.
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Algunos pacientes, en especial aquellos
con bulimia, pueden beneficiarse con la medicación. Sin embargo es
importante recordar que la medicación debe usarse en combinación con
psicoterapia, no para reemplazarla. Los pacientes a quienes se les aconseja
tomar medicación deben conocer los posibles efectos colaterales y la necesidad
de una supervisión directa del médico.
¿Funciona el tratamiento?
Sí. La mayoría de los casos de
trastornos en la alimentación pueden ser tratados exitosamente por
profesionales de la atención médica de salud mental y de salud adecuadamente
capacitados. Hay que tener en cuenta, que los tratamientos no dan resultados en
un corto plazo. Para muchos pacientes, el tratamiento puede ser a largo plazo.
Incorporar la terapia familiar o de
pareja en la atención del paciente puede ayudar a prevenir recaídas al resolver
los problemas interpersonales relacionados con el trastorno de la alimentación.
Los terapeutas pueden guiar a los familiares para que entiendan el trastorno
del paciente y aprendan nuevas técnicas para sobrellevar los problemas. Los
grupos de apoyo también pueden colaborar.
Es importante recordar que cuanto más temprano comience
el tratamiento, es mucho mejor. Cuanto más tiempo continúen los patrones de
alimentación anormales, estos quedarán más profundamente arraigados y serán más
difíciles de tratar.
Los trastornos en la alimentación
pueden afectar gravemente el funcionamiento y la salud de las personas. Pero
las perspectivas de una recuperación a largo plazo para la mayoría de las
personas que buscan ayuda profesional son muy buenas.
Terapeutas calificados
como, por ejemplo, psicólogos autorizados para ejercer y con experiencia en
esta área, pueden ayudar a aquellas personas que tienen trastornos en la
alimentación a recuperar el control de sus conductas alimenticias y de sus
vidas.
Fuente: Asociación Americana de Psicología por: Kelly D.
Brownell, Ph.D.; Kathy J. Hotelling, Ph.D.; Michael R. Lowe, Ph.D.; y Gina E.
Rayfield, Ph.D.